Tuesday, November 28, 2006
El Código Da Vinci
Dan Brown
Ed. Umbriel
Polémica y entretenida, esta novela de Dan Brown se ha convertido en un éxito editorial en todo el mundo.
Una sociedad secreta que ha guardado por siglos un misterio del cristianismo ha sido descubierta y sus principales miembros asesinados, uno de ellos justo en el famoso museo del Louvre en París. Robert Langdon, profesor experto en simbología, se verá involucrado en la búsqueda de este misterio para salvarlo de caer en las manos equivocadas y para salvar su propia vida.
La polémica del “Código Da Vinci” se ha generado por dos razones: la calidad literaria y las teorías, afirmaciones e interpretaciones que rodean al “misterio” encerrado en el código del título.
En primer lugar, es un hecho que Dan Brown es un mal escritor. Sus descripciones son pobres, los diálogos son malísimos y los personajes acartonados y estereotipados. Lo único que lo salva es que tiene un buen sentido del ritmo, por lo que la trama se desarrolla de manera ágil y entretenida. Hay que reconocerlo, una vez que uno se “engancha” tienes ganas de saber qué sigue, aunque la pobreza del lenguaje te ponga los pelos de punta.
El conocido escritor Mario Vargas Llosa criticó severamente que la gente leyera tanto a Dan Brown y no a los buenos escritores (supongo que entre ellos se incluía a él mismo). En ese sentido no estoy tan de acuerdo, ya que en Latinoamérica tenemos una crisis cultural y de lectura, y si un libro se vende mucho y acerca a más gente a la lectura, eso ya es ganancia. Quizá todas esas personas que leyeron el “Código Da Vinci” se sientan inclinados a leer otros libros, y eso terminará beneficiándonos. Hay que resaltar también que el libro de Dan Brown gira en torno a obras de arte y lugares muy famosos y reales, y con ello ha contribuido a levantar el interés por ellas. Tanto en París como en Roma (donde se desarrolla “Ángeles y Demonios”, la primera novela con el personaje de Robert Langdon) los turistas van a visitar todos los sitios y obras mencionados en las obras de Dan Brown. Nadie podrá negar que más gente acercándose a verdaderas obras de arte es bueno.
Por otro lado está la polémica de los temas y teorías que conforman la trama de la novela. Al principio del libro Dan Brown afirma que todos los lugares, obras de arte y documentos mencionados son reales, y después se lanza a mezclarlos en conspiraciones y misterios. Las teorías de que las obras de Da Vinci tienen mensajes secretos y demás ideas planteadas, no son nuevas ni son obra de Dan Brown. El autor sólo se dedica a retomarlas y adaptarlas para los motivos que le convienen a su trama. Y en eso consiste escribir novelas de ficción, de ahí que no haya razón para tanto alboroto.
Dan Brown no es el primero ni el único escritor que ha utilizado lugares reales para involucrarlos en hechos ficticios. Aquellos que atacan la obra de Brown porque aseguran que lo que se cuenta en el “Código Da Vinci” no es real, la están tomando demasiado en serio. Es como tratar de criticar una película de “Indiana Jones” porque lo que presenta sobre los nazis no es correcto. Se trata de ficción para entretener y punto.
Por último, el secreto que guarda la sociedad misteriosa y que se revela en la novela (y que no voy a mencionar por si aún hay alguien que no la haya leído) ha sido motivo de disgusto para los católicos. Pero como mencionaba antes, la teoría no es nueva ni es de Dan Brown. Si quieren quejarse, quéjense con los primeros que la propusieron y no por quien la usa para entretener.
Una novela que a pesar de todo lo que digan resulta muy entretenida, y de ahí su gran éxito, recomendable para todos aquellos que gustan de las novelas de suspenso y no les importa que estén mal escritas. Todos aquellos a quienes molestan los malos escritores absténganse.
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