Elizabeth Kostova
Ed. Umbriel
Interesante, con buen manejo de suspenso, pero por momentos cansado y predecible, este es un buen libro que recrea la leyenda de Drácula.
La historiadora del título nos narra los sucesos que acontecieron en su adolescencia, cuando su padre se ve involucrado en la búsqueda de la tumba que contiene los restos de Vlad Tempes, inspirador de la novela Drácula de Bram Stocker.
Aunque los personajes de la novela menosprecian un poco la mencionada novela Drácula por tratarse de un trabajo de ficción, no cabe duda que La Historiadora es un homenaje a la obra de Bram Stocker, principalmente al hacer uso extensivo de la epístola como medio de narración. Desgraciadamente, mientras que en Drácula este estilo le da vida al suspenso, ya que el lector tiene que ir uniendo las partes de la historia que no están narradas en las cartas, en La Historiadora las cartas por momento son útiles, y en otros sólo sirven para llenar espacio o incluso para redundar en ideas planteadas anteriormente.
La novela está bien escrita, las ideas son muy interesantes, y los giros de la trama muy adecuados. Sin embargo el “espacio” entre giro y giro es muy grande, y a ratos la historia se vuelve tediosa y es difícil avanzar, en particular a la mitad del libro. Es obvio que Kostova no quiere hacer un libro vertiginoso de vampiros, sino más bien de suspenso, como lo es Drácula, pero para lograr esto quizá lo hizo más largo de lo que debiera.
El final es bastante bueno e interesante en su concepción, pero muy poco original y hasta predecible. Se nota mucho la influencia de los finales propios de las películas de horror de los últimos años del siglo XX.
Sin llegar a ser el “fenómeno” que la mercadotecnia ha hecho creer al público, La Historiadora es una buena lectura de vampiros, que se salva de ser aburrida gracias a una buena aunque no original conclusión.
Friday, January 26, 2007
Thursday, January 04, 2007
Eragon
Christopher Paolini
Editorial Roca
Por alguna extraña razón o muy buena campaña de mercadotecnia, Eragon se ha convertido en un éxito editorial tan grande que incluso ha sido llevada al cine.
Si alguien juntara en una sola historia las mejores ideas de Tolkien, Anne McCaffrey, Ursula Le’Guin, e incluso Star Wars. ¿La historia resultante te gustaría?. La respuesta es: por supuesto que sí, sería muy entretenido, aunque se trataría de un trabajo “mediocre” y definitivamente poco original.
Eragon es una novela que Christopher Paolini comenzó a escribir a los 15 años. Como él mismo lo comenta en la introducción, siendo un gran admirador de la literatura fantástica, decidió escribir su propia novela. Tomando ideas de aquí y de allá, logró una estupenda novela para alguien de su edad, pero que no tiene mucho valor debido a lo obvio que resulta el uso ó inspiración de otras fuentes.
Eragon es un joven huérfano que vive con su tío en un mundo donde los humanos conviven con los enanos y los elfos. De manera accidental entra en contacto con un huevo de dragón y se convierte en un Jinete de Dragones, una raza de héroes desaparecidos. Brom, un cuenta cuentos, lo tomará bajo su tutela para enseñarle a controlar sus nuevos poderes y ayudarle a ocupar su lugar en la lucha de poder que se lleva acabo entre el rey Galbatorix y los rebeldes vardenos.
Como decía, es difícil que Eragon no le guste a los fans de las historias fantásticas, y mucho más si no están familiarizados con los trabajos de los autores de los cuáles Paolini toma la mayoría de sus ideas. A la larga el “plagio” es más que obvio, así como la falta de profundidad con la que son tratados los asuntos de la novela.
Eragon es el primer libro de la trilogía El Legado, cuyo segundo capítulo se titula Eldest, por lo tanto muchos asuntos quedan en suspenso al final de esta novela.
Entretenido pero poco original, Eragon es un libro sólo para quienes están empezando su camino por las novelas de fantasía. Para quienes ya tienen un largo camino recorrido, mejor absténganse.
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